domingo, 25 de abril de 2021

Merecen morir

¿Coincidencia? No sé, pero están allí, día y noche, tomando y tomando. No entiendo cómo esa gente puede sobrevivir a tanta enfermedad, quizá esa bebida los hacen inmunes. 

Desde antes que se inicie la pandemia, desde mucho antes, veía en mi barrio a gente borracha. No eran indigentes, tenían ropas variadas y nunca padecían hambre. Hubo un tiempo en que se quedaban noches y noches en los rincones de la calle tomando cerveza. En la mañana algunos estaban tirados en el suelo, babeando, no sentían frío, dormían profundamente. Patético.

Cuando regresaba del colegio desaparecían. ¿Dónde irían? ¿A sus casas? ¿Tendrían casa? ¿Tendrán familia? Pobre esposa, pobres hijos. Siempre se les veía vagabundeando por las calles, no había momento en que se los veía, solos o en grupo, pero estaban allí en cualquier momento. No me interesaba entonces. En otro post escribiré más sobre esto, porque es algo que siempre me ha fastidiado, porque no solo ocurre cerca a mi casa, sino en varias cuadras del barrio donde vivo.

-Si no puedo con los canales tradicionales menos podré con Netflix

Años después, la misma historia. Pero algo ocurría en ese tiempo. Algunos vecinos fallecían, unos por cáncer, otros por infartos, asaltos y accidentes. No eran desconocidos para mí, eran mis vecinos, aquellos que me vieron crecer. Con ellos ý sus hijos, mis amigos, compartimos muchos momentos felices durante mi niñez. Duele saber que gente buena muera por esas enfermedades.

A todo esto, entre mis amigos, nos preguntábamos cómo era posible que mueran personas trabajadoras. En esas conversaciones, un amigo nos comentó lo injusto que era, porque mientras había borrachos y vagos tomando licor, moría gente sin vicios. Y era cierto. Era injusto.

Esa misma gente que veía desde mis épocas en la escuela, seguían con su vicio: tomar licor. Nunca se enfermaban, no trabajaban, siempre tenían dinero para comprar sus tragos. ¿De dónde conseguían la plata? ¿Robaban? ¿Sus hijos o esposa trabajaban para mantenerlo? No lo sé. Y no sé si soy injusto o peco de maldad al decir lo siguiente: "prefiero que se mueran esas personas borrachas y drogadictas en vez de gente buena y trabajadora". 

domingo, 18 de abril de 2021

Si no puedo con los canales tradicionales menos podré con Netflix

 "Si ellos pueden que lo hagan. Si pueden pagarlo que lo paguen. Si tienen tiempo que lo adquieran. A lo mucho puedo con los canales de señal abierta menos podré con los que ofrece Netflix". Así fue como respondí cuando mi hermano me preguntó sobre la posibilidad de comprar un paquete de Netflix, tal como cada uno de mis vecinos hacían. 

Conocía la plataforma streaming de Netflix, pero nunca me interesó. Y la razón es muy sencilla, y es la misma que le dije a mi hermano: no tengo tiempo para ver televisión, y el poco tiempo que tengo, solo lo dedico a ver las noticias y uno que otro programa de entretenimiento. Nada más. 


Durante los comerciales me llaman mucho la atención las películas o series que estrenarán o repetirán los canales en su programación. Muy interesantes. En varias oraciones he querido verlas, el problema es cuando las programan en simultaneo. Quizá a muchos les pasó. ¡Horrible coincidencia! Recuerdo una vez cuando el canal 2 y el canal 4 iban a transmitir los estrenos de "Harry Potter" y "Rápidos y Furiosos" en el mismo horario. Aquella vez tuve que cambiar de canal en cada comercial. Y es un ejemplo de muchos que podía dar. 

Hay tantas cosas para ver y no veo. Los canales de señal abierta son solo seis y siete, y a lo mucho puedo ver todo lo que a mí me parece interesante. En Netflix hay una variada programación. Esa variedad puede volverse adictiva. ¿Qué vería si tuviera la tuviera? Animes, películas y series. En se orden.

El tiempo que dedico a leer o escuchar música se reduciría considerablemente. Y es precisamente lo que no quiero. No tengo necesidad de ver toda esa producción audiovisual. Como escribí, me basta con los programas de los canales tradicionales, y por esa razón no acepté pagar por algo que me quitaría tiempo para otras cosas.

Si el streaming vino a quedarse, que se quede con la gente que puede, porque si no puedo con los canales tradicionales, menos podré con ese monstruo audiovisual.

lunes, 5 de abril de 2021

El día que conocí al Dr. César Delgado Barreto

Era mediados del año 2018 y estuve recopilando información para hacer la biografía del Dr. Aníbal Ísmodes Cairo. En ese entonces, don Javier Ísmodes, uno de los hijos del Dr. Ísmodes Cairo, me comentó que podía conseguir el testimonio del Dr. César Delgado, amigo de su padre. 

Ambos fuimos a la casa del Dr. Delgado. Lo esperamos en la sala. Allí, el Dr. Delgado, con paso lento, bajaba las escaleras con ayuda de su bastón. Conversamos brevemente. Me dio algunos datos del doctor Ísmodes Cairo en San Marcos cuando tuvo a su cargo las cátedras de Sociología.

                        -Recuerdo del profesor Roger Íziga

A pesar de estar relacionado con la PUCP, siempre estuvo relacionado con los maestros sanmarquinos, y en este caso, fue oportuno su testimonio cuando el Dr. Ísmodes fue docente de la PUCP en los años cincuenta. 

El Dr. César Delgado Barreto fue senador de la República (1985-1990), ministro de Justicia (1988-1989), vicepresidente del Consejo Nacional de Justicia (1973), embajador extraordinario en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Coordinador del Doctorado en Derecho de la Escuela de Postgrado de la PUCP, y miembro de número de la Academia Peruana de Derecho